Comienzo aquí una serie de entradas al blog con el tema "Miedo y coronavirus"
El coronavirus nos ha traído muchas cosas: confinamiento en casa, teletrabajo, paro, o por el contrario mucho más trabajo que antes, adaptación -forzosa en muchos casos- a las circunstancias y una larga lista de cosas pero hay una que nos puede afectar enormemente.
Me refiero al miedo.
Y entre los dos (virus y miedo) hay varios paralelismos muy interesantes:
1) Portadores conscientes e inconscientes.
Algunas personas sienten que tienen miedo claramente y pueden decir “tengo miedo”. Por lo general es más fácil que lo digan personas mayores, las personas que se han contagiado gravemente y sus familiares, etc. Sin embargo muchas otras personas tienen miedo también pero no son capaces de notarlo en ellos: son como los “contagiados sin síntomas” que llevan el virus y pueden transmitirlo pero no notan sus efectos. Son inconscientes del miedo que portan.
2) Alta capacidad de contagio.
Tanto el virus como el miedo son extremadamente contagiosos. Cuando percibimos miedo a nuestro alrededor es muy fácil caer en sus reacciones sin darnos cuenta. Un ejemplo: ¿cómo podemos explicar las compras frenéticas al inicio del estado de alarma? Miedo a quedarme sin comida o sin los artículos que necesito. Y aunque no se me haya ocurrido eso, si veo que los demás están haciendo acopio y las estanterías del supermercado se empiezan a vaciar me surge la duda ¿y si se acaban los artículos? ¿nos vamos a quedar sin ellos? El miedo ya está actuando.
3) El sistema de defensa puede volverse en contra nuestra.
Se ha comprobado cómo el sistema inmune de muchos pacientes del COVID-19 produce una respuesta exagerada ante la presencia del virus dañando gravemente los tejidos y produciendo la muerte.
El miedo es también un mecanismo de defensa, una respuesta mental y física que nos prepara para afrontar un peligro real en el presente. Sin miedo probablemente nos habríamos extinguido como especie (igual que sin sistema inmune). Sin embargo el miedo a lo que puede pasar nos lleva a multitud de reacciones que en contra de beneficiarnos nos perjudican: ansiedad, pérdida de sueño, irritabilidad, ideas negativas, desorientación, conflictos… La lista es muy larga.
A estas alturas todo el mundo puede reconocer la importancia de conocer cómo “funciona” y se transmite el virus, pero ¿y qué hay acerca del miedo?
Conocer bien el miedo en tí y en otras personas puede ser fundamental para la convivencia y para la superación de las situaciones de crisis.
¿Quieres saber porqué? En la próxima entrega lo podrás leer.